Satuario Del Niño De Isinche

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Descripción general

A la Hacienda Isinche, semana a semana concurren miles de devotos de la imagen del Niño Manuelito de Isinche, siendo
uno de los santuarios más visitados en la Provincia; la capilla, fue construida en 1647, se encuentra restaurada, construida a
base de piedra de río con tallados decorativos geométricos, una bóveda central y una cúpula cubierta con tejuelos de
cerámica.
Se conoce que la veneración a la imagen inicia por el año de 1730, con el hallazgo de una pequeña figura tallada por parte
de los Jesuitas, se dice que la imagen crece año a año, eso se muestra con los ropajes de diferentes tamaños, la mayor
celebración en honor al Niño se desarrolla el 25 de diciembre, con la fiesta del «Pase del Niño”, los personajes principales
de la festividad son los tres Reyes: El Rey Ángel, el Rey Embajador, el Rey Moro, los Negros de Color, los Negros
Blancos, los Saumeriantes, las Cantoras, el Síndico, el Huasicama, el Mayordomo, los Caporales, las Chinas, los Yumbos,
los Payasos y Monos, las Bandas, los Yuras, todos ellos cumpliendo con funciones específicas; se calcula que en estas
fechas más de 30000 personas acuden al Santuario.
En el pasado, en la Hacienda Isinche funcionaba un obraje, allí nace la leyenda del Niño, a inicios del siglo XVIII; se
cuenta que un mular que transportaba un fardo de lana a los obrajes de los sacerdotes Jesuitas se acostó y no quiso seguir el
camino. El arriero retiró el bulto del lomo del animal y lo abrió, allí encontró la figura tallada en madera del Niño. Esa
misma noche, el propietario de la hacienda tuvo un sueño en el que se le apareció la imagen de Jesús y le dijo que quería
quedarse en el lugar y que construyera un templo y así lo hizo.
Otra versión detalla que en cierta época los pobladores de la zona no tenían provisiones y debían viajar a sitios poblados
para abastecerse, cierto día un comerciante regresaba a su hogar y trajo algunas cargas sobre el lomo de una mula, pero
hubo un momento donde el cuadrúpedo se resistió a seguir caminando, se reclinó y del costal frente a la puerta de la capilla
de Isinche, había caído una bella imagen del Niño Jesús, entre tanto la mula desapareció, el campesino creyó que era un
milagro y desde entonces es adorada por los feligreses. También se cuenta la historia de que el dueño de la hacienda es el
que construyó la capilla y fue el primer prioste de una fiesta que se lleva a cabo hasta la actualidad, con una duración de un
mes y veintiocho días y en la que participan priostes de distintas comunidades.
En la actualidad la visita de los devotos y turistas beneficia económicamente a los habitantes de la zona, ya que ellos
realizan comercio de ropa, comida como: tortillas de papa con pollo frito, choclo mote, chaguar mishque (dulce de
cabuya), tortillas de maíz, caldo de gallina, y empanadas de viento, jugos, entre otros; así como artículos religiosos (velas,
rosarios, recuerdos, inciensos), transporte (taxis, buses y camionetas), entre otros.
Al niño de Isinche se le atribuyen infinidad de milagros a sus devotos, es por eso que en su santuario existen cientos de
placas de agradecimiento. Don Bolívar León es propietario de la Hacienda Isinche Grande, y mantiene sus puertas abiertas
a los fieles del Niño de Isinche, se han realizado muchos trabajos de adecuación para recibir a los fieles que visitan el
santuario semana a semana

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