Descripción general
Don Manuel Ortiz ha vivido en el sector de Ayaguaico (Kichwa: Quebrada de los difuntos/almas) desde que contrajo
matrimonio (1947), en aquel tiempo era propietario de la única casa existente en el área, aquí desarrolló su vida y su
familia, nunca supo que en la zona habían entierros antiguos.
Por 1978 desde Pujilí, empezaron a llegar grupos de personas en busca de lo que decían eran entierros incaicos, llegaban
en el día y en la noche, los perros empezaban a ladrar y al salir a ver encontraba a grupos huaqueros.
Se menciona que desde las 18h00 se veía que empezaban a llegar, y en ocasiones cantaban y otras veces no; entre los
hallazgos que ha observado estaban principalmente vasijas, no se ha escuchado el hallazgo de oro o joyas.
Llegaban grupos que hacían una especie de rito en las noches, quemando llantas, bebiendo y usando varillas de metal para
detectar los puntos de los entierros y entonces empezaban la excavación, se observaba que se llevaban en camionetas unos
diez o quince objetos algunos de cuellos largos, después de una noche de actividad por las mañanas se encontraban varios
agujeros escavados.
Se dice que fue tanta la afluencia de huaqueros que don Manuel llegó a acostumbrarse, muestra de ello es la gran cantidad
de huecos en una zona boscosa del lugar, cuenta que los tractoristas durante su trabajo también se daban cuenta que el
arado (conjunto de discos para preparar la tierra) se hundía, algunos huaqueros dejaban señalando los puestos para volver
después, sin avisar a los dueños.
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Se piensa que en la antigüedad esta zona había sido muy habitada, don Manuel explica que espiritualmente el ambiente no
es pesado, no se ha visto ni sentido nada sobrenatural.
Algunos de los objetos se los encontraba a poca profundidad, uno de los últimos huaqueos ocurrió en el año 2011, en el
cual se presentaron diferentes autoridades para investigar el saqueo de los objetos, desde entonces ya no se ha visto nada
más en la zona.
La importancia de este relato y su fundamento es que forma parte de la historia de la Parroquia La Victoria, además es una
muestra de la existencia de asentamientos muy antiguos en el territorio, y la prueba de que existen lugares con vestigios
arqueológicos que se puedan investigar para conocer el pasado de la población de la zona.